Ruta turística y monumental

La ciudad de Salamanca se distingue sin duda por su valioso conjunto histórico-artístico, que le ha valido el título de Ciudad Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y el nombramiento como Capital Europea de la Cultura en el 2002, compartido con Brujas. Y es que el que sepa apreciar el arte, encontrará en Salamanca muestras de todos y cada uno de los estilos que se dieron en España, especialmente arquitectónicos. Ha de hacerse especial énfasis en un estilo casi autóctono como es el plateresco, que llega a su culmen en Salamanca gracias al uso de la inconfundible piedra de las canteras de Villamayor, en las cercanías de Salamanca.

lo que sea


RUTA 1:

Esta primera ruta se enmarca dentro de lo que constituye el casco antiguo de la ciudad. Por cantidad
y calidad es el conjunto artístico más valioso de la ciudad. Partimos de la Plaza Mayor, maravilloso modelo de plaza monumental porticada, y una de las más bellas de España. Es barroca, del siglo XVIII, con pórticos formados por arcos de medio punto sobre fuertes pilares. Sus enjutas están decoradas con medallones y los vanos llevan guarnición barroca de orejeras. Corona la plaza el Ayuntamiento, con estípites, recuadros quebrados, placas, frontones, curvas partidas... La plaza fue proyectada por Alberto Churriguera y el Ayuntamiento por Andrés García de Quiñones, siendo finalizado en 1755. Intervinieron otros arquitectos, como José de Lara, Nicolás Churriguera y Jerónimo García de Quiñones. La Plaza Mayor no sólo es importante desde el punto de vista arquitectónico; además, es el centro de la vida social salmantina. Sus baldosas se llenan de paseantes y sus terrazas son parada obligada para los numerosos turistas que se acercan.

Vista general de la Plaza Mayor
PLAZA MAYOR. VISTA GENERAL

El edificio del Ayuntamiento
AYUNTAMIENTO

Iniciemos nuestra ruta saliendo de la Plaza Mayor por la Plaza de Corrillo, donde se encuentra la Iglesia de San Martín, muestra de los comienzos del románico salmantino, allá por el siglo XII. A continuación, tomamos la Rúa Mayor, y después de un breve y agradable paseo nos contramos de golpe con otras 2 maravillas. Por una parte, la Casa de las Conchas, curiosa mansión de la época de los Reyes Católicos, en la que se funden influencias góticas, moriscas e italianas. Su fundador fue el doctor Rodrigo Arias, canciller de la Orden de Santiango, de ahí el motivo ornamental elegido para su fachada. Las rejas de sus ventanas han sido definidas como las más bellas de la ferrería gótica española. También destacan su patio y el artesonado de tipo italiano de su escalera. Dice la leyenda que debajo de una de las conchas que adornan su fachada, y que dan nombre al edificio, se esconde un gran tesoro. En la actualidad, este edificio alberga la Biblioteca Pública del Estado en Salamanca.

Casa de las Conchas CASA DE LAS CONCHAS

Justo enfrente de la fachada de la Casa de las Conchas, y como prolongación de la sede de la Universidad Pontificia de Salamanca en la también tradicional calle Compañía, se levantan las majestuosas y bellas torres barrocas de la Clerecía. En efecto, éste es sin duda uno de los más grandiosos monumentos barrocos españoles. Su construcción fue llevada a cabo por el gran arquitecto Juan Gómez Mora, quien recibió el encargo de Felipe III ante la insistencia de la reina Doña Margarita de Austria, e iniciada en 1617. En su interior destacan la iglesia y sus retablos, el patio barroco y varias obras escultóricas de gran calidad. Si tenemos tiempo, podemos descender por la citada calle Compañía para admirar, en las inmediaciones de la Clerecía y la Casa de las Conchas, la Iglesia de San Benito, una de las más famosas de Salamanca por dar nombre a uno de los bandos. Parece que ya existía allá por el siglo XIII, aunque el edificio actual data del XV, mandado construir por Don Alfonso de Fonseca. Su portada es del gótico tardío, y su interior consta de una sola nave, con el retablo obra de Isidro Carnicero y de gusto neoclásico.

Una vez hecha esta agradable visita, desandemos nuestros pasos hasta situarnos justo entre la Casa de las Conchas y la Clerecía. Ahora, en vez de proseguir nuestra marcha por la Rúa Mayor, desviémonos hacia la calle Serranos y luego hacia la calle Libreros. Esta calle, de gran tradición universitaria, alberga además otra de las visitas obligadas de Salamanca, la fachada de la Universidad. De su historia ya nos ocuparemos en un apartado posterior, ahora centrémonos en su valor artístico. Esta fachada es sin duda el monumento más representativo del plateresco español, y predominan los temas florales, con influencias italianizantes. El centro está decorado con un medallón que es réplica de una moneda con los bustos de los Reyes Católicos. En la zona siguiente están el escudo de Carlos V, el águila bicéfala imperial y el águila de San Juan de los RRCC. El tercer piso es más sencillo, con niños desnudos, mujeres, hipogifos, volutas y dragones. Por fin, el último cuerpo se presenta desnudo, sólo con medallones. También en esta fachada se esconde una tradición, según la cual aquel estudiante que pueda ver la rana situada sobre una de las calaveras que sirven de adorno en la parte derecha, no pasará apuros para aprobar. Su interior destaca por su capilla y, sobre todo, por su increíble escalera, reconstruida en 1512. También hay verja de hierro del siglo XVI y una biblioteca barroca del XVII, de Manuel de Lara Churriguera. Mención aparte merecen el aula de Fray Luis de León, que conserva sus bancos, algunos firmados por sus alumnos más ilustres, y el Paraninfo, con unos tapices barrocos de arte bruselés y un Carlos IV de Goya. Enfrente de la fachada de la Universidad, y realzando el conjunto, se encuentra el edificio de las Escuelas Menores, terminadas en 1533 y de fachada plateresca; y la estatua de Fray Luis de León, esculpida en Roma por Nicasio Sevilla en 1869.

Fachada de la Universidad
FACHADA UNIVERSIDAD


Detalles de la fachada
MEDALLÓN Y RANA

Aunque es posible acceder a la zona de las catedrales desde la calle Libreros, es preferible hacerlo volviendo nuestros pasos sobre la Rúa. Luego, seguir caminando hasta encontrarnos en la Plaza de Anaya, donde podremos contemplar una majestuosa vista además de descansar en sus jardines. Atenuado por la belleza de las catedrales, pero también con una gran importancia, se encuentra el Colegio de Anaya, que data de 1411, fecha en que fue fundado por Don Diego de Anaya. El patio interior es de impresionante belleza, y el conjunto en sí presenta las proporciones lógicas y armoniosas propias del Neoclasicismo. Adosados al colegio, se encuentran la capilla y la hospedería.

Plaza y Colegio de Anaya
PLAZA DE ANAYA
La Rua y su culmen: las catedrales
RUA Y CATEDRALES
 

Pero sin duda, el punto culminante de nuestro trayecto es la Catedral Nueva, construida durante los siglos XVI, XVII y XVIII, y una de las últimas y más importantes y bellas manifestaciones del gótico español. Su maestro mayor fue Juan Gil de Hontañón, sustituyéndole en 1526 su hijo, en 1577 Pedro de Gamboa y en el siglo XVII varios maestros, desde Joaquín Benito Churriguera (1714) hasta Manuel de Lara Churriguera (1741). Exteriormente, su aspecto gótico es sencillamente impresionante, destacando su altura y grandiosidad por encima de todo su entorno. Ciertamente, la Plaza de Anaya es una situación privilegiada para este edificio. Aún exteriormente, destacan tanto la fachada principal, como las puertas del Obispo y de San Clemente, y las de Ramos y del Crucero en el lado norte. Ya en el interior, nos encontramos con una decoración rica y elegante, presidida por la bóveda dorada y policromada de Juan Montejo. El coro es obra de Alberto Churriguera y el órgano plateresco (1568) de Damián Luis.Hay otro órgano, el llamado "Churrigueresco" que data de 1745. Además del Altar Mayor, destacan diferentes capillas, como la Capilla Dorada, la del Sudario, la de san Roque o la de la Virgen de la Soledad.

Catedral Nueva: vista nocturna
CATEDRAL NUEVA

Catedral Nueva: fachada de Poniente
FACHADA DE PONIENTE
 

En cierta medida ensombrecida por su fiel compañera a lo largo de los siglos, se halla la Catedral Vieja, muestra máxima del arte románico salmantino. Esta obra maestra del pilar románico data del siglo XII. Sin duda, su elemento más vistoso y destacable lo constituye la Torre del Gallo, que se alza a la altura de la Catedral Nueva, con sus dobles ventanas y sus fuertes nervios. Posee elementos de la pintura del siglo XIII, como la capilla de San Martín y las decoraciones de los sepulcros, y de la escultura de los siglos XIV y XV, como los numerosos sepulcros que alberga. El Patio Chico forma uno de los rincones más acogedores de Salamanca, formado por ábsides semicirculares y con el cimborrio, llamado por la forma de su veleta Torre del Gallo, derivada de influencias bizantinas y aquitanas. De su interior, destaca el retablo del Altar Mayor, obra del italiano Nicolás Florentino en 1445, y una de las mejores obras pictóricas del arte previo al Renacimiento. Consta de 53 cuadros pintados al temple, y acoge entre otros a la Virgen de la Vega, patrona de la ciudad, de estilo románico. Junto al retablo, se encuentra el órgano del maestro Salinas, fuente de inspiración de la más famosa y bella poesía de Fray Luis de León. Debajo de la torre se encuentra la Capilla de San Martín, que destaca por el sepulcro policromado del obispo Rodrigo Díaz y por sus paredes repletas de pintura mural gótica. La entrada al claustro se realiza por una puerta románica con bellos capiteles, y da acceso a otras cuatro capillas:


Catedral Vieja: la Torre del Gallo
CATEDRAL VIEJA

Catedral Vieja: vista trasera
TORRE DEL GALLO
 

A través de las callejuelas, ahora reformadas pero conservando su empedrado característico, y pudiendo disfrutar en el trayecto del Huerto de Calixto y Melibea o de la modernista Casa de Lis (hoy sede del importante Museo Art Nouveau y Art Decó), descendemos hasta el Puente Romano, que formaba parte de la Calzada de la Plata que unía Astorga con Mérida. Se supone de tiempos de Vespasiano, y sólo son realmente romanos los 15 arcos más cercanos a la ciudad; los arcos restantes han ido reconstruyéndose, por vez última en 1677. Junto al puente (originalmente sobre él), se encuentra un verraco ibérico, muestra del arte prerromano salmantino y de origen celta.


Puente Romano y verraco celta
EL PUENTE Y EL VERRACO

Desandando lo caminado, o bien subiendo por la calle de San Pablo, llegamos a otro enclave artístico importante: el que forman el Convento de las Dueñas y la iglesia y convento de San Esteban. El primero fue fundado en 1419 por Doña Juana Rodríguez Maldonado. Su belleza se halla fundamentalmente en su interior, con una puerta morisca en arco apuntado con zócalo, y con su patio, una joya del Renacimiento español. Su iglesia, de estilo plateresco, fue edificada en el 1533, y está cubierta por siete bóvedas de terceletes y una absidal. Por su parte, el mayor atractivo de la contigua iglesia de San Esteban radica en su fachada. Además, su situación, en la Plaza de los Dominicos, resalta aun más su belleza. La construcción comenzó en 1524, de mano del maestro Juan de Álava. La iglesia sigue estrictamente el tipo definido en tiempos de los Reyes Católicos, siendo su altar mayor obra de José Churriguera. El claustro es gótico, pero está decorado por varios elementos renacentistas. Las puertas del claustro fueron obra, entre otros, de Rodrigo Gil de Hontañón y de Sardiña. Cuenta la tradición que Cristóbal Colón obtuvo el convencimiento propio para partir hacia las Indias en este lugar, y que fue el prior de los dominicos, Fray Diego de Deza el que realmente impulsó a Colón.

Iglesia y convento de San Esteban
IGLESIA DE SAN ESTEBAN

RUTA 2:

Sin duda, hemos recorrido ya el núcleo artístico de Salamanca. Sin embargo, con la misma importancia aunque quizá con menos espectacularidad o más escondidas, existen en la ciudad otras obras y edificios que merece la pena visitar.

Partimos de nuevo desde la Plaza Mayor, pero esta vez salimos por la calle Prior para toparnos de frente con el Palacio de Monterrey, que es el edificio civil más representativo del Renacimiento y Plateresco español. Y no es todo lo grandioso que pudo llegar a ser, pues sólo se construyó un ala de las 4 proyectadas.Su edificación data de 1539, y pertenece a la casa ducal de Alba.
En la misma plaza se encuentra el Convento de las Agustinas, más conocido como la iglesia de la Purísima, el más puro y fiel reflejo de los cánones italianos que rigieron la construcción de templos en España en el siglo XVII. Encierra 5 retablos de mármol napolitano, llevando el del centro un cuadro de la Purísima Concepción firmado por el mismo Ribera, que también firma en otro retablo el célebre San Genaro de Ribera.


Palacio de Monterrey
PALACIO DE MONTERREY

Colegio del Arzobispo Fonseca
COLEGIO FONSECA
 

Subiendo la calle Ramón y Cajal, y dejando a un lado el Parque de San Francisco para girar a la izquierda, nos encontramos con el Colegio del Arzobispo Fonseca, otrora Colegio de los Irlandeses. Comenzó su construcción en 1527, y destacan especialmente su fachada y el patio, que siguen el patrón plateresco salmantino, aunque con menos profusidad en adornos. La iglesia es de nuevo del tipo gótico definido por los Reyes Católicos, y en su interior cuenta con un retablo de Alonso Berruguete. Un valor añadido a este edificio es la excelente vista que se obtiene desde este punto del conjunto de la Clerecía, así como de las Catedrales. Recientemente, ha estado a punto de convertirse en Parador.

Terminamos esta ruta volviendo de nuevo a las inmediaciones del Palacio de Monterrey, donde tomaremos ahora la calle Crespo Rascón para apreciar otras muestras significativas del arte salmantino, aunque ahora de forma menos detallada. Nos encontramos primero con el Convento de las Úrsulas, construido en 1512 por Don Alfonso de Fonseca, de iglesia gótica de una nave con bóvedas de crucería estrellada y absidal. La decoración de la hornacina corre a cargo de Diego Siloé. Posee 2 coros, con rejas góticas y artesonados con tablas del siglo XVI. A continuación nos topamos con la Casa de las Muertes, otro ejemplar del estilo plateresco de los mismos autores que la fachada de la Universidad. Fue levantado en el siglo XVI, y se emplaza frente a la estatua de Miguel de Cervantes. Más adelante se encuentra la iglesia de San Juan de Barbalos, románica del siglo XII y fundada por varios caballeros de la orden del Hospital de Jerusalén. Destaca el retablo mayor, churrigueresco, con una imagen de la Virgen del siglo XVI. Muy cerca de esta iglesia, se encuentra la Casa de Santa Teresa, artísticamente poco dotada, pero importante pues fue la residencia de Santa Teresa cuando ésta vino a Salamanca a fundar el convento de San José, y donde escribió el famoso poema: "Vivo sin vivir en mí...". Por último, ya al final de la calle Crespo Rascón, se encuentra la iglesia de San Marcos, románica y con la particularidad de ser circular. Fue fundada en 1178 y parece que fue uno de los cubos defensivos de la puerta de Zamora. Contiene una escultura de la Virgen del siglo XVI.

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